viernes, 24 de agosto de 2012

COMUNIDADES NATIVAS Y PARTIDOS POLÍTICOS


Recientemente hemos celebrado el día internacional de los pueblos indígenas sin embargo, poco hemos reparado respecto de la participación de sus miembros en la vida política peruana.

En el Perú, recién desde el año 2006 por mandato de Ley de Elecciones Regionales y su modificatoria, Ley 29740, así como Ley de Elecciones Municipales, se aplica en los procesos electorales la denominada cuota nativa, mecanismo a través del cual se exige que en aquellas zonas donde exista presencia de comunidades nativas y pueblos originarios, en las listas de candidatos en las elecciones regionales y locales cuando menos el 15% de éstos provengan de representantes de dichos pueblos y comunidades.

Esta cuota, no es otra cosa que un mecanismo legal que pretende reducir las prácticas discriminatorias que perjudican a sectores políticamente excluidos como las minorías étnicas y  pretenden reducir la brecha de representación social existente, para lograrlo, hace obligatoria su inclusión en las listas de candidatos a través de un trato preferencial, generando así una discriminación positiva en su favor.

Esta práctica legal no necesariamente se traduce en resultados deseados, pues en las últimas elecciones regionales y municipales del 2010, se inscribieron en total 1157 candidatos representantes de comunidades nativas y pueblos originarios, los mismos que provenían de 13 regiones y 33 provincias, sin embargo, solo 48 de ellos lograron acceder al cargo al cual postulaban, es decir, solo el 4.15% del total de candidatos obtuvo éxito electoral.

Desde una perspectiva inclusiva, la cuota pretende reducir las asimetrías existentes en el campo de la representación social, pero un análisis crítico, a la luz de los resultados electorales, nos revela que las intenciones quedaron en mero deseo. En este sentido, opinamos la cuota nativa debería ser revisada y constituirse en el peldaño que nos lleve a un siguiente nivel, nos referimos a generar una cuota no solo de candidatos, sino una cuota de resultados o de electos, de manera tal que con ello se asegure que un mínimo de las autoridades electas en las circunscripciones electorales donde existan poblaciones nativas o de pueblos originarios, pertenezcan a éstas.

Mención aparte merecen los dieciséis partidos políticos inscritos a los cuales pertenecen como afiliados, solo 14 de las 48 autoridades nativas electas. Revisadas sus estructuras orgánicas resulta sintomático advertir que ninguno cuenta, independientemente de su denominación, con una Secretaría Nacional de Comunidades Nativas, lo que lamentablemente va de la mano con su nula o escasa presencia en la mayoría de circunscripciones donde se ha fijado la aplicación de la cuota nativa. Ejemplo negativo de ello lo constituye el caso de la provincia de Datem del Marañón (Loreto), circunscripción donde ningún partido político con inscripción vigente ha informado el funcionamiento de algún comité provincial, o los casos no menos importantes de las provincias de Condorcanqui en Amazonas, Manu en Madre de Dios y de Purus en Ucayali, donde en cada una de éstas solo se ha reportado la presencia de un solo partido político a través del  funcionamiento de un comité provincial.

La inclusión social no se agota con los programas sociales, si deseamos que todos los ciudadanos se sientan representados, nos encontramos en el momento óptimo para introducir modificaciones al sistema de cuotas representativas.


Fernando Rodríguez Patrón
Director del Registro de Organizaciones Políticas.

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