Por Mario Rivero
Antes, a las mujeres de Guatemala no se les permitían muchas cosas, entre ellas votar para elegir autoridades. Fue hasta en la Constitución de 1945, durante el gobierno de Juan José Arévalo, que ese derecho se otorgó, pero solo a las alfabetas; es decir, a las que sabían leer y escribir.
No fue sino hasta en la Constitución de 1965, durante el gobierno de Enrique Peralta Azurdia, que constitucionalmente se aprobó el voto universal para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, indígenas o no indígenas, toda vez que hubieran cumplido la mayoría de edad.
Según el informe final de la Cuarta Misión Indígena Electoral, en las elecciones celebradas en septiembre pasado, se registró el mayor número de mujeres en el padrón electoral, superando a los hombres. Así, del total de 7,340,841 personas empadronadas, el 50.9% lo constituyen mujeres, frente a 49.1% de hombres. Guatemala, febrero de 2012.
Antes, a las mujeres de Guatemala no se les permitían muchas cosas, entre ellas votar para elegir autoridades. Fue hasta en la Constitución de 1945, durante el gobierno de Juan José Arévalo, que ese derecho se otorgó, pero solo a las alfabetas; es decir, a las que sabían leer y escribir.
No fue sino hasta en la Constitución de 1965, durante el gobierno de Enrique Peralta Azurdia, que constitucionalmente se aprobó el voto universal para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, indígenas o no indígenas, toda vez que hubieran cumplido la mayoría de edad.
Según el informe final de la Cuarta Misión Indígena Electoral, en las elecciones celebradas en septiembre pasado, se registró el mayor número de mujeres en el padrón electoral, superando a los hombres. Así, del total de 7,340,841 personas empadronadas, el 50.9% lo constituyen mujeres, frente a 49.1% de hombres. Guatemala, febrero de 2012.
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